



Monasterio de Santa Cruz
El Real Monasterio de las Benedictinas, conocido popularmente como “Las Benitas”, se fundó en julio de 1555, cuando las monjas del monasterio de Santa Cruz de la Serós se trasladaron a Jaca, a instancias del rey Felipe II. Durante siglos, el monasterio fue el atento vigía de la puerta de San Ginés de la muralla medieval de Jaca.
El nuevo edificio monacal se levantó a lo largo del siglo XVI siguiendo un sobrio estilo renacentista. El lugar elegido fue junto a la muralla y al antiguo templo románico del siglo XII, compuesto por una cripta subterránea y la iglesia de San Ginés. La cripta, conservada bajo el edificio actual y cerrada al público hoy en día, es una estancia abovedada dedicada a San Salvador, aunque se conoce popularmente como “Santa María Baxo Tierra”, ya que previamente su advocación fue ésta. La iglesia de San Ginés, o iglesia alta, fue cedida a las monjas en 1579. De su primitiva fábrica sólo se conserva la portada románica y el ábside semicircular, puesto que el conjunto se vio muy alterado por una gran reforma realizada en 1730.
La pieza más valiosa del monasterio es el sarcófago de la Infanta Doña Sancha, hija de Ramiro I y hermana de Sancho Ramírez, ambos reyes aragoneses. Murió en 1097 y fue enterrada en la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós. Posteriormente, su sobrino Pedro I ordenó la construcción de su sarcófago, que debió finalizarse hacia 1110, para recolocar sus restos en un lugar sobresaliente. Permaneció en su ubicación original hasta 1622, cuando la abadesa Dña. Jerónima Abarca decidió trasladarlo al monasterio de las Benedictinas de Jaca.
Para el traslado desde Santa Cruz de la Serós a este monasterio, el sepulcro se protegió con un arca de madera reforzada y recubierta de raso. El viaje se efectuó con ayuda de rodillos de madera, deslizando el sarcófago poco a poco para salvar el desnivel del terreno. Se tardó cuatro días en recorrer los quince kilómetros que separan ambos monasterios.
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